Ángela Vallvey
Publicó varias novelas juveniles y más tarde obtuvo el Premio Jaén de Poesía 1998 con El tamaño del universo, una sorprendente colección de poemas plenos de curiosidad científica y fascinación por la belleza y las paradojas del mundo y del universo. Su obra Nacida en cautividad también fue galardonada en el certamen Ateneo de Sevilla 2006.
Es autora de las novelas A la caza del último hombre salvaje (1999); Vías de extinción (2000); Los estados carenciales (2002), por la que obtuvo el Premio Nadal y que se convirtió en un gran éxito de ventas; la recopilación de cuentos No lo llames amor (2003); La ciudad del diablo (2005); Todas las muñecas son carnívoras (2006); Muerte entre poetas (2008, finalista del Premio Planeta); El hombre del corazón negro (2011) y Mientras los demás bailan (2014). Sus obras se han traducido a numerosos idiomas y editado por prestigiosas editoriales de todo el mundo.
Sus últimos trabajos son El arte de amar la vida (2015), un original manual para llegar a la felicidad a través de los libros y la lectura, y el ensayo de divulgación Amantes poderosas de la historia (2016). En 2017 publicó la novela Tarta de almendras con amor (Suma de Letras), que recoge la preocupación actual por problemas como la alimentación, el acoso escolar y las enfermedades raras.
En su poemario La velocidad del mundo (2012), la mirada de la autora, que en El tamaño del universo (1998) se posaba en la luz de las estrellas, desciende hasta la tierra, se deja seducir por latitudes ajenas y canta al gozo del viaje, del puro deslumbramiento.
Ha sido merecedora del premio Barcarola de poesía 2016 con el título Epidemia de fuego, donde continúa su itinerario por inquietudes a ras de suelo como la recesión económica, la primavera árabe y el amor como redención, como otro cultivo más de la tierra y del viaje de la existencia. Su último libro publicado es Cuentos clásicos feministas (2018, Arzalia ed.), donde la autora revisa los tópicos femeninos de los cuentos populares, desde una visión feminista, con unos relatos llenos de humor, pero sin olvidar el terror y la poesía de los clásicos.
Ocasionalmente colabora con distintos medios de comunicación, y escribe artículos de forma habitual en prensa, un trabajo que le fue reconocido con el Premio Julio Camba de Periodismo, 2010.