El sentimiento Trágico de la Liga

Valle Inclán Suscribiría que el fútbol no es como lo vimos sino como lo recordamos, y la Liga de la temporada 1993-1994 siempre será recordada por aquel penalti que el deportivista Djukic falló en el último minuto, permitiendo así que el Barcelona se proclamara Campeón de Liga. Si no fuera por ese lance memorable, quizá El sentimiento trágico de la Liga se habría quedado sin lectores. No obstante, casi veinte años más tarde el libro regresa para jugar un segundo tiempo en la cancha de la memoria.

Como el libro electrónico supone un ahorro de papel, esta reedición de El sentimiento trágico de la Liga se publica acompañada de una prórroga bética dedicada a los derbis disputados entre el Sevilla y mi Betis entre 2001 y 2006. No son las crónicas de los desenlaces sino las crónicas de las vísperas, cuando la fantasía corre vertiginosa por la banda y la ilusión remata de cabeza. No hace falta ser hincha de uno u otro, pues un clásico es la cifra de todos los clásicos. Parafraseando a Borges, sólo cambian las camisetas y los nombres propios.

Cuando Djukic marró aquella pena máxima no existía internet. Sin embargo, solamente en You Tube su fallo ya ha sido visto más de un millón de veces. Si Djukic fuera el único que lo ha visto repetido hasta la náusea, estaríamos ante el sentimiento trágico de la vida. Mas si esa cifra equivale a un millón de amarridos seguidores, queda demostrada la existencia del sentimiento trágico de la Liga.